26 de enero de 2012

Del blanco al negro (Pasando por el rojo)

Una de las claves de la transformación en el color de la piel la tenemos claramente en los turistas ingleses que visitan nuestras playas mediterráneas, cambio de color ostensible a medida que la continuidad de su holgada vida de relax se consolida entre nosotros.  Llegan con la piel blanca por la falta de sol en su país de origen, despistados y recelosos de mezclarse de lleno dentro de un sitio nuevo con sus nuevas costumbres para ellos desconocidas y extrañas, pasan algunos días en los que su dejadez queda expuesta sobre la arena y la brisa de la mañana, puede que para reponerse de sus pernoctados excesos alcohólicos de la noche, o porque simplemente quieren disfrutar de la luz y la claridad que en sus lugares escasea, toda esa mezcla de calor y dejadez le dan un tono rojizo a su piel, un tono resaltante entre la multitud que afanosamente y en incruento desparrame cubren las playas pasando el tiempo dentro de la más absoluta inmovilidad estival.   Una vez pasado el tiempo y repuestos de las a veces graves quemaduras provocadas por el sol su apariencia deja mucho que desear de la exhibida al inicio de su periplo vacacional, su color de piel que antes brillaba en lo rojo ahora raya en un negro totalmente uniforme como balance inconfundible entre sus pensamientos y lo moreno de su apariencia.   Resulta fácil pasar del blanco al negro haciendo escala en el rojo, solamente requiere un pequeño esfuerzo doloroso en sus inevitables quemaduras, pero agradable de pensar que sin prisa y a base de insolar también días perdidos se puede marcar una diferencia antigua entre los nuevos llegados que a la vista no pueden por menos que exclamar su admiración ante el trabajo siempre sublime de la naturaleza por tal progresivo cambio de color.

10 de enero de 2012

En blanco y negro

Mamadou era negro y yo por entonces era blanco pero no nos dábamos cuenta, ignorábamos nuestra condición hasta el punto de no tener que valorar ningún color a la hora de compartir nuestros comentarios y vivencias, yo no me veo como negro hermano –me decía- me veo como uno más y aunque sé que los demás no me ven de esa manera no quiero dejar de pensar así, hay cosas más importantes que el color de nuestra piel y eso es lo que verdaderamente importa, es lo que hay que olvidar y aunque el color de la piel está siempre presente tanto en nosotros como en algunos no puede tener más importancia que los hechos y las ilusiones a las que nos entregamos sin preguntar nada, no es que debamos olvidarlo, es que es el color el que nos olvida a nosotros y nos permite poder llegar a ser como somos.  No podemos dejar de ser un producto sobrante de nuestro oculto pasado, es más somos el resultado del producto de la suma de muchos pasados enlazados en la memoria de los tiempos, muchas vidas anteriores hilvanadas finamente con nuestro pasado y eso nos marca hermano, eso deja huella en nosotros aunque nosotros nos esforcemos por eliminar todas las huellas que vamos dejando en nuestro camino para poder vivir sin condicionamientos ni feroces ataduras  para disfrutar del presente, pero eso es imposible, siempre hay algo que renace a nuestro paso y que nos dirige como autómatas hacia adelante sin la posibilidad de poner resistencia alguna a caminos que nosotros no hemos elegido.