24 de mayo de 2011

Antes de pedir lo imposible

     Aún con la resaca, ese mal sabor de boca que queda al despertar de un sueño, todavía coletea en esa cruda realidad que impasible nos envuelve de presente mientras vamos arrastrando  por ella nuestros pesados recuerdos.   Exigimos lo imposible y ahora la realidad nos devuelve como un golpe a nuestro sitio que a la vez sentimos que no es nuestro y que se nos presenta amurallado en alto, encerrando el paso claro hacia el fondo del origen.   Podríamos haber tocado el cielo con nuestras manos pero no llegamos nunca porque nos apoyamos en un equivocado diseño de la tierra.   Hoy existe el muro pero los planes y proyectos de futuro no pueden ser reales desde este lado, lo que hace necesario su inevitable pero en un claro paralelismo justo, que avance en la misma dirección que nuestros deseos ya que ahora es imposible derribarlo ni con flores ni con mariposas de colores.   Es el sueño de cada uno, nuestro sueño, el mejor de todos, el más rico y el más agradable que ahora uno se puede permitir y que se puede alimentar para el futuro, pero si no podemos agrupar todos los sueños en uno solo nunca llegaremos a encontrarnos en el filo invisible de la utopía donde a los sueños no les queda otra salida más digna que convertirse en realidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario