31 de mayo de 2011

La flauta de Bartolo...

Socialmente se nos reconoce con el nombre de “perroflautas” nombre que yo entiendo y recibo como un halago porque un razonamiento del término denota que poseemos una especialización concreta, la de tocar la flauta, actividad que no todo el mundo estaría dispuesto o  sabría hacerlo y aquí se encuentra la diferencia a la que me refería y a la que hay que poner fin porque todo lo diferente perturba nuestra seguridad aunque esta sea escasa, es la que nos sirve, también hay otros que son llamados simplemente “perros” nombre también acertado como entendimiento genérico aunque aplicando una cierta lógica cabría también la posibilidad de ampliarlo en todas sus variantes, que en cantidad resultan infinitas, llamarles “perrosvacíos” o “perrosasecas”, etc. aunque como digo es tal el número de variantes posibles que lo correcto en la mayoría de los casos es preferible aplicar el genérico de “perros” y luego que cada uno añada el sufijo aditivo  que crea que le corresponde a sus carencias o creencias, puede ser cualquiera porque aquí se cumple fielmente la condición al gusto del consumidor.  Pese a todo el nombre de “perroflauta” lo sigo considerando un nombre encantador, un verdadero halago hacia mi persona pues en mi opinión demuestra dos factores importantes a tener en cuenta, primero que como perros somos fieles a nuestra raza y a nuestros amigos y seguidores, y segundo que como flauta somos creativos e imaginativos también y que además somos capaces de ejercer una actividad responsable, sana y equilibrada en nuestras funciones y pensamientos cotidianos.  En esta variación no dejan de existir numerosas cantidades de gustos tan diversos y variados como tantos somos, hay individuos que se les llama “hijos de puta” por lo que hacen y el apelativo también parece gustarles ya que pese a todo y fieles a sus principios siguen una y otra vez haciendo lo mismo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario