14 de junio de 2011

Ese amigo del alma...

Hay veces en los que te asomas a la realidad y descubres que la vida no es como piensas ni como deseas, la vida es como es, no hay más vueltas lo mires por donde lo mires y te encuentras a diario con que el ser humano además de egoísta e insolidario utiliza una buena parte de su tiempo para no parecerlo, aquí se cumple la máxima de que ocho de cada diez personas piensan que dos de cada diez personas no merecen la pena, yo también lo pienso y calculo que las malas personas rondan cerca de una veinteava parte de la humanidad, de lo que se deduce que veinte personas viven a costa de las ochenta restantes lo que hace reflejo de nuevo a la ley de Pareto y yo es que cuando me pongo a contar en serio no acabo.    Todo esto haciendo memoria y haciendo un breve repaso por mis recuerdos compruebo que el número de gente que he conocido día a día a través de mis años  me dan la razón, porque pensando entre la diferencia de amigos y conocidos comprobamos que estos últimos son infinidad y los amigos hay que repasar con detenimiento la lista para encontrarlos y considerarlos, el caso es que todos englobados en una misma unidad son tenidos por nosotros como amigos, es una forma de entendernos, hasta hay amigos que incluso no conocemos y de los cuales no sabemos nada, eso sí nos cruzamos con ellos todos los días y a veces intercambiamos algún comentario sobre algo que sucede en nuestro entorno, pero los amigos de verdad, esos que nunca aparecen pero que sabemos con certeza que existen están ahí, esos son los verdaderos.


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